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Estela Uribe Lic. en Pedagogía por la UNAM (Facultad de Filosofía y Letras). Docente y administrativa en la Universidad Intercontinental. Estudiante de la Maestría en Comunicación y Tecnologías Educativas, CECTE, ILCE.

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miércoles, 19 de agosto de 2009

TRABAJO PARCIAL 1

LA CONCIENCIA ÉTICA, UNA IMPERIOSA NECESIDAD PARA NUESTRO ACTUAR
Por: Estela Uribe Moreno

En este trabajo haremos referencia a las ideas que nos ofrecen Edgar Morín y Raúl Rojas Soriano, en las lecturas que llevan por título: “Los siete saberes necesarios para la educación del futuro” y “El plagio en el trabajo científico, ambos nos propone elementos que podemos retomar para promover la conciencia ética en diferentes ámbitos, familiar, profesional e investigativo que es el propósito de este ensayo.

En el primer apartado se expone de forma general qué es la ética y para qué, es decir, la importancia que tiene ésta en todas las dimensiones de la vida cotidiana. En el segundo, las ideas principales de Morín y Rojas en los textos antes mencionados, así como propuestas específicas relacionadas a la conciencia ética de los sujetos. Y por último, un breve apartado de conclusiones.

¿Qué es la ética?, ¿Por qué es importante?

En opinión de Herman Johnson, profesor chileno de filosofía (http://es.geocities.com/herprofesor2000/etica1.html). La ética busca descubrir, clarificar y comprender las relaciones que se establecen entre el actuar humano, los valores y las normas morales que se gestan y desarrollan en la vida social.

La ética nos ilustra acerca del porqué de la conducta moral. Los problemas que la ética estudia son aquellos que se suscitan todos los días, en la vida cotidiana, en la vida escolar, en la actividad profesional, etc. Problemas como: ¿qué comportamiento es bueno y cuál malo?, ¿se es libre para realizar tal o cual acción?, ¿quién nos obliga a realizar esta acción?, entre estas dos acciones, ¿cuál se debe elegir?, etc.

Por tanto, la importancia de la ética nace por su preocupación principal, que nos atañe directamente: la actividad humana, en tanto actividad regida por principios ajenos a la determinación y necesidad que existe en el resto de los seres que pueblan la tierra. Principios que hemos de denominar valores morales. Esto es denominado por Morín (1999) como: enseñar la ciudadanía terrestre y lo veremos más adelante.
Johnson, nos dice que tomando en cuenta que a cada ciencia le corresponde un objeto de estudio particular y reconociendo el posible carácter científico de la ética, su objeto de estudio es la moral. Pero como la moral tiene un carácter humano y social, puede ampliarse esta definición. Así tenemos que la ética es la disciplina filosófica que estudia el comportamiento moral del hombre en sociedad.
La ética necesita de la moral para sacar sus conclusiones, para explicarla, para elaborar sus hipótesis y teorías, pero ello no significa que la tarea de la ética consista en inventar o crear la moral.

Ahora bien, la ética se interesa por este actuar humano desde un punto de vista exclusivo y esencial: la conducta humana en tanto es regida, orientada e inspirada por valores, en tanto actúa según los ejes justo/injusto, debido/indebido, etc.

Como se puede apreciar, la acción humana en tanto humana es complejísima. El determinismo vigente para la realidad natural, plantea un desafío para el hombre en su vida personal y social. Al descubrir que nada está escrito en cuanto al destino, a su destino particular, y que es portador de una conciencia que le hace reconocer su propia libertad, surge el desconcierto, la duda, el temor, la angustia; y ante el error, la culpa y el remordimiento. Se pregunta entonces, ¿qué es lo que debo hacer?, ¿qué no debo hacer?, ¿por qué?, etc. Aquí se hace presente el Conflicto, en donde se trasluce el carácter moral y humano que interesa a la ética.

Elementos para promover una conciencia ética
Como señalamos anteriormente, en este apartado aludiremos a las ideas de Egdar Morín y Rojas Soriano, como marco para reflexionar acerca de la necesidad de una conciencia ética.
Cabe aclarar que ambos textos son muy interesantes. No obstante, es Morín, quien nos aporta más elementos, sin menosprecio a Rojas Soriano, cuyo ejemplo alude exclusivamente al plagio en el trabajo científico.

Para Edgar Morín (1999), hay siete saberes fundamentales que la educación del futuro debería tratar en cualquier sociedad y en cualquier cultural, aquí solo haremos referencia a dos:”enseñar la comprensión” y “la ética del género humano”.

En el primero, enseñar para la comprensión, nos explica la necesidad de enseñar la comprensión humana, el problema de la comprensión y lo que como, la comprensión intelectual u objetiva y la comprensión humana intersubjetiva y sus obstáculos.

Para él, la comprensión entre sociedades supone sociedades democráticas abiertas, lo que quiere decir que el camino de la comprensión entre culturas, pueblos y naciones pasa por la generalización de las sociedades democráticas abiertas.

Sin que olvidemos que incluso en las sociedades democráticas abiertas reside el problema epistemológico de la comprensión: para que pueda haber comprensión entre estructuras de pensamiento se necesita poder pasar a una meta estructura de pensamiento que comprenda las causas de la incomprensión de las unas con respecto a las otras y que pueda superarlas.
La comprensión es a la vez medio y fin de la comunicación humana. El planeta necesita comprensiones mutuas en todos los sentidos. Dada la importancia de la educación en la comprensión a todos los niveles educativos y en todas las edades, el desarrollo de la comprensión necesita una reforma planetaria de las mentalidades; esa debe ser la labor de la educación del futuro. (p.7)

Señala que educar para comprender las matemáticas o cualquier disciplina es diferente a educar para la comprensión humana.
Y que la comunicación no conlleva necesariamente a la comprensión, es por eso que se refiere a dos tipos de comprensión, la comprensión intelectual u objetiva y la comprensión humana intersubjetiva.

La comprensión intelectual pasa por la inteligibilidad, la explicación es necesaria, pero insuficiente para la comprensión humana. Ésta comporta un conocimiento de sujeto a sujeto, es decir, las personas se perciben no sólo objetivamente sino como otro sujeto con el cual uno se identifica y que uno identifica en sí mismo, un ego alter que se vuelve alter ego. Comprender incluye necesariamente un proceso de empatía, de identificación y de proyección. Siempre intersubjetiva, la comprensión necesita apertura, simpatía, generosidad. (p.3)

Para Morín, los obstáculos a la comprensión son múltiples y multiformes: los más graves están constituidos por el bucle egocentrismo –autojustificación self-deception, por las posesiones y las reducciones, así como por el talión y la venganza; estructuras éstas arraigadas de manera indeleble en el espíritu humano que no se pueden arrancar, pero que se pueden y se deben superar.

La conjunción de las incomprensiones, la intelectual y la humana, la individual y la colectiva, constituyen obstáculos mayores para el mejoramiento de las relaciones entre individuos, grupos, pueblos, naciones.

No son solamente las vías económicas, jurídicas, sociales, culturales las que facilitarán las vías dela comprensión, también son necesarias vías intelectuales y éticas, las cuales podrán desarrollar la doble comprensión intelectual y humana. (p.5)

Obstáculos a la comprensión

A continuación, retomaremos algunos de los obstáculos interiores a las dos comprensiones, nos referimos al egocentrismo, etnocentrismo, socio centrismo y al espíritu reductor. Posteriormente abordaremos el otro saber, la ética del género humano.
La incomprensión de sí mismo es una fuente muy importante de la incomprensión de los demás. Uno se cubre a sí mismo sus carencias y debilidades, lo que nos vuelve despiadados con las carencias y debilidades de los demás. Para Morín, las peores incomprensiones provienen del egocentrismo y del etnocentrismo.

Morín cita a Clément Rosset, quien dice: “la descalificación por razones de orden moral evita cualquier esfuerzo de inteligencia del objeto descalificado, de manera que un juicio moral traduce siempre un rechazo al análisis e incluso al pensamiento”. (p. 4) Esto conlleva otro obstáculo, el espíritu reductor, me pregunto.

El espíritu reductor, dice Morín, también es el modo de pensar dominante, reductor y simplificador aliado de los mecanismos de incomprensión. Cabe hacernos entonces algunas preguntas, ¿qué hacer en contra de la incapacidad de concebir lo complejo y la reducción del conocimiento de un conjunto?, ¿De qué manera combatir las consecuencias éticas que derivan de esto?

El mismo autor dice, la ética de la comprensión nos pide en primer lugar comprender de manera desinteresada, ya que no puede esperar ninguna reciprocidad. La ética de la comprensión nos pide comprender la incomprensión. Pide argumentar y refutar en vez de excomulgar y anatematizar.

La comprensión no excusa ni acusa. Si sabemos comprender antes de condenar estaremos en la vía de la humanización de las relaciones humanas.

¿Qué favorece la comprensión?

De acuerdo con Morín, lo que favorece la comprensión es:
El “bien pensar”, nos permite comprender lo complejo, las condiciones del comportamiento humanos, igualmente las condiciones objetivas y subjetivas.
  • La introspección o autoexamen crítico que nos permite descentrarnos relativamente con respecto de nosotros mismos, y por consiguiente reconocer y juzgar nuestros egocentrismos. Nos permite dejar de asumir la posición de juez en todas las cosas.
  • La conciencia de la complejidad humana, la comprensión hacia los demás necesita la conciencia de la complejidad humana.
  • La apertura subjetiva (simpática) hacia los demás. Somos abiertos para ciertas personas cercanas a nosotros, pero la mayor parte del tiempo permanecemos cerrados a los demás.
  • La interiorización de la tolerancia, la verdadera tolerancia supone una convicción, una fe, una elección ética y al mismo tiempo la aceptación de la expresión de las ideas, convicciones, elecciones contrarias a las nuestras.

Existen cuatro grados de tolerancia

  • Trata de evitar que impongamos nuestra propia concepción de lo innoble para prohibir una palabra. El principio democrático ordena a cada uno respetar la expresión de las ideas antagónicas a las suyas.
  • Hay una verdad en la idea antagónica a la nuestra, y es esta verdad la que se debe respetar.
  • Vales para las ideas no para los insultos, agresiones o actos homicidas.
  • Comprensión, ética y cultura planetarias
  • Las culturas deben aprender las unas de las otras, deben volverse una cultura que aprende. Comprender es también aprender y reaprender de manera permanente.


El segundo de los saberes es la ética del género humano.
De acuerdo con Morín, la concepción compleja del género humano comprende la tríada individuo-sociedad-especie, entre ellos se sostienen, se retroalimentan y se religan. En medio de esta tríada compleja emerge la conciencia. Esta es la base para enseñar la ética venidera.
Una ética propiamente humana, es decir, una atropoética conlleva, la esperanza de lograr la humanidad como conciencia y ciudadanía planetaria. Comprende como toda ética, una aspiración y una voluntad, pero también una apuesta a lo incierto. Ella es conciencia individual más allá de la individualidad. (pp. 7 y 8)


Por tanto, aquí en la ética del género humano debemos comprender, qué significa enseñar la democracia, la cual no podemos definir de manera simple. La democracia exige, a la vez, consenso, diversidad y conflicto. En otras palabras, requiere el consenso de la mayoría de los ciudadanos y del respeto de las reglas democráticas; supone y alimenta la diversidad de los intereses así como la diversidad de las ideas y también necesita tanto de conflictos de ideas como de opiniones que le den vitalidad y productividad. Por consiguiente, constituye un sistema político complejo en cuanto que vive de pluralidades, competencias y antagonismos permaneciendo como una comunidad.

Todas las características de la democracia tienen un carácter dialógico que une de manera complementaria términos antagónicos: consenso/conflicto, libertad-igualdad-fraternidad, comunidad nacional /antagonismos sociales e ideológicos.

Además, es importante señalar que, las democracias existentes no es lo que no se hayan logrado sino que están incompletas o inacabadas. Comportan carencias y lagunas. Por ejemplo, los ciudadanos implicados no son consultados sobre las alternativas en materia. A todo esto, también se suma que hay procesos de regresión democrática que tienden a marginar a los ciudadanos de las grandes decisiones políticas; procesos ligados al crecimiento de la complejidad de los problemas y al modo mutilador de tratarlos.

Se requiere el vínculo ético del individuo con la especie humana, la relación entre el individuo singular y la especie humana como un todo. La humanidad en pocas palabras es, una noción ética: ella es lo que debemos realizar todos y cada uno. (pp. 8-13)

Por otro lado, Rojas Soriano nos presenta algunas ideas relacionadas con el plagio en el trabajo científico, para ello se apoya en un artículo de Luis Benítez Bribiesca, en cual se refiere a algunos fraudes o formas de deshonestidad intelectual, entre las que refiere encontramos, las siguientes:

  • ser capaz de usar el prestigio de una figura científica prominente y el nombre de instituciones de gran solvencia para avalar sus supuestos descubrimientos.
  • Omitir citas bibliográficas de trabajos de otros autores para resaltar el mérito propio. Situación que se observa con frecuencia en las universidades, donde no sólo los cometen los estudiantes sino también profesores, investigadores y funcionarios que gozan de cierto prestigio.
  • La falta de una verdadera formación científica conduce a muchos individuos apropiarse de ideas, información o aportaciones de diversos autores. Muchas personas lo hacen deliberadamente; otras desconocen la exigencia para elaborar un trabajo y otorgar los créditos a los autores en los que nos apoyamos al realzar nuestras investigaciones.
  • Se desconoce la forma de hacer las citas bibliográficas.
    Afirma que el plagio puede conducir a serios problemas tanto de demérito académico como de carácter legal. Desafortunadamente, muchos profesores no le dan la debida importancia.

Conclusiones


Como hemos visto, la ética regula la conducta humana y apunta al mejoramiento personal. La ética está en todas las dimensiones de la vida cotidiana.
La investigación educativa éticamente conformada forma un papel importante para crear un mundo mejor, en palabras de Morín, esto sería parte de la ética del género humano.
Varias de las ideas expuestas por el mismo autor, se relacionan claramente con los temas discutidos en las sesiones del módulo de investigación. Me refiero por ejemplo al de interdisciplinariedad y transdisciplinariedad, como todo ello, nos lleva a la complejidad democrática en la que la superespecialización, la separación y la parcelación del saber como dice Morín, me pregunto ¿esto sería entonces, una regresión democrática? Por consiguiente, surge entonces, esa necesidad de regenerar la democracia y el desarrollo de la antropoética (ética) en este caso, en lo que concierne a la investigación educativa. Aunque, claro, la idea es más amplia.
Referencias
Morín, Edgar. (1999) Prólogo en: Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO, Librería El Correo de la UNESCO.
(1999) Capítulo VI: Enseñar la comprensión en: Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO, Librería El Correo de la UNESCO.
Morín, Edgar. (1999) Capítulo VII: La ética del género humano” en: Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. UNESCO, Librería El Correo de la UNESCO.
Rojas, Soriano, Raúl (1992) Formación de investigadores educativos. México: Plaza y Valdés

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